Blog informativo desde una perspectiva de género.

PERSPECTIVA DE GÉNERO

La perspectiva de género es una categoría analítica que acoge a todas aquellas metodologías y mecanismos destinados al «estudio de las construcciones culturales y sociales propias para los hombres y las mujeres, lo que identifica lo femenino y lo masculino»

UNIDAD DE IGUALDAD

La igualdad es un derecho que todas/os poseemos. Nadie nos puede discriminar por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra circunstancia personal o social (Artículo 14 Constitución Española).

IGUALDAD EN EL DEPORTE

Porque el fútbol no es sólo cosa de hombres

DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER

Conmemora la lucha de la mujer por su participación, en pie de igualdad con el hombre, en la sociedad y en su desarrollo íntegro como persona. Se celebra el día 8 de marzo.

Igualdad en el trabajo

La igualdad y la equidad de género se convierten en una ventaja competitiva para las empresas al promover un mejor aprovechamiento del capital humano representado por las mujeres: una población laboral altamente calificada que registra los mejores índices educativos del país, en comparación con los hombres.

domingo, 31 de enero de 2016

La dictadura del lenguaje

¿Como pretendemos cambiar la desigualdad si a veces el propio idioma es el que parece que no quiere cambiar?


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jueves, 28 de enero de 2016

Brecha salarial entre hombres y mujeres

Brecha salarial entre hombres y mujeres


La diferencia salarial entre hombres y mujeres refleja la discriminación y las desigualdades en el mercado laboral que afectan principalmente a las mujeres. Sus causas son complejas y relacionadas entre sí. En estas páginas se explica por qué existe la brecha y qué hace la UE para acabar con ella.

Chico o chica: ¿las mismas oportunidades?

Chico o chica: ¿las mismas oportunidades?
Un niño y una niña nacen con las mismas oportunidades, pero luego las expectativas de estudios y profesionales son diferentes. Si nada cambia cuando crezcan, él ganará una media del 16% más que ella.

¿Se valora igual nuestro trabajo?

¿Se valora igual nuestro trabajo?
Las mujeres tienen unas cualificaciones iguales o mejores que los hombres, pero muchas veces no se valoran de la misma manera y su carrera profesional es más lenta. El resultado es una brecha salarial media del 16% en la UE.

Tener niños, ¿me perjudica en mi trabajo?

Tener niños, ¿me perjudica en mi trabajo?
Las responsabilidades familiares no se comparten por igual. Son más las mujeres que interrumpen su vida profesional y luego no vuelven a trabajar a tiempo completo. Como resultado, ganan por hora un promedio del 16% menos que los hombres y, por año, incluso un 31% menos, dado que es más alta la proporción de mujeres que trabajan a tiempo parcial.

¿Misma pensión por un mismo trabajo?

¿Misma pensión por un mismo trabajo?
Si se suma el salario más bajo por hora al hecho de que las mujeres trabajan menos horas que los hombres a lo largo de la vida activa, resulta que las pensiones que cobran las mujeres son más bajas. Eso revierte en que hay más mujeres que hombres que caen en la pobreza a edades avanzadas.
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"Ellas tienen más estudios y ellos, más trabajo."

http://politica.elpais.com/politica/2015/01/19/actualidad/1421666442_720236.html

La historia se repite en casi todos los países de la OCDE, incluido España. Hay más mujeres con estudios superiores entre la población de jóvenes de 25 a 34 años de edad, pero hay más hombres que obtienen un trabajo con ese nivel de titulación mientras ellas acaban engrosando más a menudo las listas del paro. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) lo refleja en su último estudio, presentado este lunes, en el que subraya que esa diferencia entre la preparación académica y el empleo está estrechamente relacionada con la escasez de servicios para atender a los hijos, como las guarderías, o las deferencias habituales de salarios entre hombres y mujeres.

El informe Panorama de la Educación, presentado ayer, analiza la relación entre el empleo y los indicadores de rendimiento educativo. En el estudio se incluyen los datos educativos de 34 países de la OCDE y de otros invitados —Brasil, Rusia, Argentina, China, Colombia, India, Indonesia, Letonia, Arabia Saudí y Sudáfrica— con datos de distintos años hasta el primer cuatrimestre de 2014 en algunos casos. Solo en Holanda hay trabajando tantas mujeres de 25 a 34 años cualificadas como hombres, según la tabla. Y del, otro lado, solo en México y Turquía el porcentaje de alumnos con estudios superiores (universitarios y FP) sobrepasa al de alumnas.

España se sitúa en la parte baja de la tabla por detrás de la media de la OCDE (ver cuadro), principalmente porque sigue teniendo un nivel de desempleo de los más altos aunque la proporción de mujeres con un elevado nivel de formación supera la media.

En general, según la OCDE, solo el 66% de las mujeres están empleadas en comparación con el 80% de los hombres. Y la horquilla crece conforme se rebaja el nivel de preparación educativa. La diferencia ronda los 20 puntos porcentuales en el caso de estudios primarios —65% para hombres y 45% para mujeres—; sobre 15 puntos entre hombres y mujeres hasta la educación terciaria (80%, ellos frente al 66% de mujeres) y 10 puntos entre mujeres y hombres con estudios superiores (88% frente a 79%, respectivamente).
El organismo subraya que las diferencias de género relacionadas con el mercado laboral “podrían ser el resultado de que hay más mujeres que se quedan fuera de la fuerza de trabajo, probablemente debido a los papeles tradicionales en lo que respecta a la unidad familiar”. Pone como ejemplo a las madres que se quedan en casa tras dar a luz (frente a los varones) especialmente “especialmente en países con amplias brechas salariales y con una oferta de servicios limitada para el cuidado de los niños”.
En España, el salario medio anual femenino representa el 76,1% del masculino, según recoge la última encuesta anual de estructura salarial (del INE) publicada en junio de 2014 pero con datos de 2012. En salario anual la diferencia es de 6.145 euros —entre los 25.682 de ellos y los 19.537 de ellas— pero supera los 9.000 euros en puestos de gerencia y se queda en 5.149 en el caso de técnicos y profesionales científicos e intelectuales.

En España la escuela infantil no es ni obligatoria ni gratuita en la primera etapa, que comprende de los cero a los tres años del menor. El El Gobierno central impulsó un plan en 2008 para crear las 300.000 plazas que se había calculado que estaban sin cubrir entonces. El proyecto se interrumpió a mitad de camino por la crisis y por los recortes cuando solo había creado 71.000 plazas.

Más allá de esta diferencia de género, el informe de la OCDE coincide con otros estudios internacionales en que los ciudadanos con mayor cualificación tiene las mejores tasas de empleo y menos riesgo de quedarse en el paro. La media es del 83% con estudios superiores, el 73% con bachillerato (o los equivalentes en los distintos países) y un 55% para las personas con formación básica.
España, con Grecia y la República Checa, engrosa el grupo de países con mayores niveles de desempleo para adultos con estudios básicos (por encima del 25%). También está en cabeza entre aquellos con estudios superiores este caso solo junto con Grecia (ambos por encima del 15%). El informe subraya que el desempleo golpea más a los más jóvenes; se da en niveles más altos entre personas de 25 a 34 años de edad que entre quienes tienen entre 55 y 64 años.



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"Querido papá, me llamarán puta"


Impactante vídeo sobre una triste realidad

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martes, 26 de enero de 2016

Desiguales por género

Publicamos este artículo de la semana pasada, pues tras analizarlo en nuestro grupo de trabajo, creemos que es más que interesante y fundamental su difusión.

(http://www.eldiario.es/zonacritica/Desiguales-genero_6_473912622.html)

En un fragmento de La Vida es Sueño (Pedro Calderón de la Barca), un sabio se preguntaba: “¿Habrá otro más pobre y triste que yo?”. El sabio “volvía el rostro” y descubría a otro igual que recogía las hojas que desechaba. Las probabilidades de que ese otro sabio fuera una mujer son muy elevadas. Dentro de las bolsas de pobreza y desigualdad que persisten en el mundo, las mujeres conforman un colectivo de ‘ultrapobres’ dentro de los pobres; de discriminadas dentro de los apartados, de olvidadas dentro de los que ya no importan.
Tal y como subraya el informe de Intermón-Oxfam que se publica hoy en todo el mundo para debatir en el foro de Davos, “la creciente desigualdad económica también agrava la desigualdad entre hombres y mujeres”. Solo hace falta echar un vistazo al reparto de la riqueza mundial: el 99% está en manos de hombres, según el Banco Mundial. Según Oxfam, de las 62 personas más ricas del mundo solo nueve son mujeres.
La brecha de la desigualdad por la que sangran las economías es un auténtico torrente en términos de género. Aspectos como la diferencia salarial o la participación en el mercado de trabajo apenas se han movido en la última década. Y aún quedan restricciones aún más incomprensibles. En 155 países sigue habiendo al menos una ley que impide la igualdad de oportunidades económicas a las mujeres. Aún hay cien países que impiden a la mujer acceder a determinados puestos de trabajo por su género.
Con estas restricciones es fácil entender cómo pese a que la mujer supone el 50% de la fuerza laboral apenas produce el 37% del PIB mundial. El 75% del trabajo de cuidados no remunerados lo desarrollan mujeres en todo el mundo. Su paso por la economía informal les lleva a no tener apenas protección social en muchos países. Sin cobertura sanitaria y sin derecho a una pensión, son el eslabón más frágil de la cadena.
El informe de Intermón Oxfam incide en que “la mayoría de los trabajadores peor remunerados del mundo son mujeres” y que estas desempeñan “los empleos más precarios”. La industria textil de los países en desarrollo se aprovecha de esta debilidad de las mujeres trabajadoras que aceptan peores condiciones laborales para disparar la rentabilidad de su negocio. Aunque este es un caso llevado al extremo, la brecha salarial y la diferencia de condiciones es un problema transversal en todo el mundo, incluidos los países más avanzados.
Precisamente, otra de las organizaciones más preocupadas por esta asimetría en los ingresos es el World Economic Forum (WEF), el organismo que arropa el foro económico de Davos. El WEF lleva ya diez años midiendo la igualdad de género en casi todo el globo terráqueo para concluir que las economías más igualitarias en cuestiones de género son también las más desarrolladas y las que mejores datos registran en los índices de desarrollo humano.
Pese a los avances en materia de sanidad y educación que registra el Gender Gap Index de Davos, no hay lugar para el optimismo en materia socioeconómica. Según el último informe, publicado en noviembre de 2015, la posición de la mujer en la economía se ha frenado en todo el mundo desde 2009. "El lento avance en cerrar la brecha económica entre hombres y mujeres significa que las mujeres están ganando este año la misma cantidad que los hombres en 2006", concluye el estudio. De proseguir esta evolución, la brecha salarial no se cerrará antes de 118 años.
Y es que la mejora económica no es suficiente para remendar la brecha de género. Esther Duflo, una de las voces más prestigiosas del ámbito económico del momento, galardonada con el premio Princesa de Asturias, publicó en 2012 un artículo en el que estudiaba la correlación entre la igualdad de género de un país y su desarrollo económico y humano. Según Duflo, el desarrollo conlleva empoderamiento de la mujer, y el empoderamiento de la mujer a su vez acarrea cambios en la toma de decisiones públicas que, de nuevo, mejoran el desarrollo. Sin embargo, Duflo concluye que el desarrollo por sí mismo no es suficiente para garantizar el avance en áreas como la lucha contra los estereotipos de género.
La economista defiende que el desarrollo económico no basta para alcanzar la igualdad efectiva entre hombres y mujeres y que es necesario tomar decisiones políticas en favor de la mujer para conseguir este efecto durante un largo tiempo. “Habrá costes generados por esta redistribución –quitar poder en la parte de los hombres para dárselo a las mujeres-”, advierte Duflo, que anima a los políticos a tomar acciones realistas sopesando estos costes.
El FMI y la OCDE también tienen clara la correlación entre desigualdad económica y género. Ambas instituciones exigen en recientes informes a los políticos que hagan intervenciones contundentes para garantizar el acceso a la educación (especialmente secundaria y terciaria) y al mercado de trabajo de las mujeres. La OCDE propone que se fijen objetivos de género claros en las políticas públicas porque la visibilización de los datos de género acelera la consecución de objetivos.
Por su parte, el FMI dedicó en 2015 un extenso informe a la interacción de la igualdad de género y la desigualdad en los ingresos para constatar que “la mayor igualdad de género y la participación económica de la mujer están asociadas con un mayor crecimiento, resultados más positivos en desarrollo y menor desigualdad de ingresos. Dada esta fuerte correlación, la igualdad de oportunidades es un aspecto económico relevante, además de una razón de derechos humanos”.
Las cifras de esta incorporación plena de la mujer en la economía son impactantes.Según la consultora McKinsey, si la equiparación de oportunidades fuera total, se podrían sumar 28 billones de dólares a la economía mundial para 2025. Si la equiparación de derechos fuera más discreta, por ejemplo, que cada país de una región consiguiera alcanzar los resultados del país más avanzado en su zona, se aportarían 12 billones de dólares en la próxima década. Esta mejora sería especialmente acusada en regiones como India o Latinoamérica.
Los primeros rayos de la recuperación económica han devuelto a la primera línea del debate europeo y español la necesidad de equiparar los derechos de hombres y mujeres. Un crecimiento económico justo ha de ser también por definición igualitario entre géneros. Los mecanismos para conceder a la mujer iguales oportunidades, como la discriminación positiva, tienen costes, pero los beneficios saldarán con creces la factura. La igualdad como fin y como medio es la única fórmula para conducir el progreso.



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